martes, junio 19, 2007

El viaje inesperado

"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis". Así dice un versículo de la Biblia que se encuentra en el libro de Jeremías cap. 29 y vers. 11 y en mi vida y el de mi familia, vi que era así. Donde Él iba trazando nuestra vida de un modo en que no planeamos ni imaginamos pero, donde siempre vimos que dirigía las cosas a su modo, y para bien.

.....Estando allí en el campo unos días con mi abuela, llegó una tía de mi papá, quien al hablar con mis papás supo de los planes de la familia, y no le gustó el hecho de que a nosotras nos dejaran en el campo con mi abuela, bueno mi abuela precisamente no es conocida por su buen carácter, sino todo lo contrario, e incluso sé que les dijo que les prestaría dinero si lo necesitábamos, pero que mejor era que como familia además de hacer los trámites para mi hermana, disfrutáramos de unas vacaciones pero todos; y así convenció a mis papás de que en lugar de quedarnos con la abuela en el campo, viniéramos con ellos; a los dos o tres días de estar en el campo estábamos regresando, volvimos a Tupiza, la ciudad donde siempre vivimos, y allí nos alistamos para el próximo viaje, esta vez sería Salta y todos juntos.

Fue tan de repente el viaje que nisiquiera avisé a mis amigas que me venía de vacaciones para estos lados, ni los vecinos sabían, salimos de mañana de la casa de Tupiza, cada una llevaba su maleta de ropa y un bolso, recuerdo que ya casi en la puerta mi mamá nos dijo: "chicas tomen sus boletines de notas, para enseñarles a tu tía" - cada una de nosotras era buena alumna en la escuela que en nuestros respectivos grados formábamos parte del cuadro de honor - y así fue que cada una regresó a buscar su boletín y también nuestras carpetas, para así orgullosas enseñarle a nuestra tía que éramos chicas aplicadas. Cuando salimos de casa, nos despedimos de la única vecina que nos vio salir con nuestro equipaje.. sorprendida nos preguntó a donde van?.. y nosotras en coro respondimos, nos vamos a Salta de vacaciones!! no recuerdo que nos contestó ella, pero imagino que nos deseó una feliz vacación, y así partimos aquella mañana, sin saber que nunca más regresaríamos.

El viajar siempre es lindo, e ir a una ciudad que no conocíamos, hacía más emocionante todo, además el paisaje de las rutas eran magníficos un verde tupido y espeso que cubría todos los cerros, una vegetación singular que obviamente Salta tiene para que la llamen "Salta la linda". Llegamos a la casa de la tía, donde estaríamos los "siguientes días de las vacaciones", estar en Salta para nosotras era ir a la plaza a jugar en las hamacas, columpios, hacer nuevos amigos, salir a caminar por la tarde con mi tía que nos llevaba a conocer la ciudad, ir al mirador, un sin fin de cosas, que hasta hoy recuerdo esas tardes donde podíamos ver una variedad extraordinaria de mariposas bellas de colores intensos, jamás vistos por nosotras hasta entonces, quedamos enamoradas de esa ciudad, vida tranquila sin dejar de ser una ciudad moderna.

Mientras nosotras difrutábamos de nuestra estadía en Salta mi mamá había tenido que venir hasta Buenos Aires, no solo a ver a sus hermanos sino también porque acá las cosas se hacían más rápido. Pero estando acá, mis tíos le propusieron que ya que estábamos en Salta viniéramos hasta Buenos Aires, nos querían ver y que nosotros también viéramos a los primos; cuando mi mamá llegó a Salta le comentó a mi papá y ambos decidieron preguntarnos si queríamos venir hasta acá.. obviamente dijimos que sí.. así que nuevamente preparamos nuestras cosas, dejamos parte de nuestro equipaje porque ya para esto estábamos a mediados de enero del 86, y los días de vacaciones ya eran menos, así que por un par de días que quedaban para estar en Buenos Aries mis papás nos dijeron que dejáramos parte del equipaje; total teníamos que volver, fue así que sin pensar llegamos hasta acá, sin planificar, sin siquiera imaginar que no regresaríamos a nuestro hogar, sino hasta 14 años después... ¿y cómo fue nuestra vida acá esos primeros años? y ¿por qué nos quedamos?.. es toda una película, pero mejor será para el próximo post
continuará

martes, junio 12, 2007

Historias de vida

Una vez alguien me dijo, Lily, vos no sabes lo que es vivir como extranjero en un país que no es el tuyo, porque dime ¿tu documento de identidad qué dice? que sos argentina verdad? si, le dije.. y ¿donde vives? yo le dije que en Argentina.. y me dijo ¿ves? no vives fuera de tu país así que no sabes lo que uno vive afuera, así que no puedes aconsejarme o decirme que me esfuerce y me quede acá, porque vos no sabes lo que es el desarraigo.
No recuerdo en qué quedó esa conversación porque hace tiempo de esto, creo que finalmente terminó regresando a su país.
Pero estaba equivocada esta persona, porque a los 13 años viví lo que es el desarraigo, y voy a contarles cómo fue eso.
Transcurría el año 85, con mi familia vivíamos modestamente pero felices en nuestra casa, mi hermana mayor ya pronto iba a terminar el secundario y si bien mi papá tenía su trabajo seguro, su sueldo no era suficiente para que una vez terminado el colegio la pudieran mandar a la universidad, el alquiler de un departamento, más los costos de alimentación y material que ella iría a necesitar, no lo iban a poder pagar, mi mamá trabajaba con su pequeño negocio, pero ni con eso podrían cubrir los gastos y peor aún cuando sabían que en esas ciudades como La Paz, Sucre, etc u otras de las ciudades donde estaban las universidades del país no teníamos parientes como ni para llegar en caso de urgencia, fue así como entonces mis padres comenzaron a pensar en mandar a mi hermana a Buenos Aires donde estaban todos los hermanos de mi mamá y también las universidades.
De Buenos Aires mis recuerdos se limitaban a las vacaciones, recordaba el sabor del alfajor, y obviamente el estar con todos los primos. Mis papás dicen que jamás se les cruzó por la mente instalarnos a vivir acá en Buenos Aires, si solíamos venir era solo por vacaciones, mi papá como boliviano, era de los más aferrados a su país, y mi mamá argentina pero que estaba más acostumbrada a vivir en Bolivia que en Argentina, y nosotras amábamos solo el lugar donde vivíamos.
Y así fue que mi mamá vino a Argentina para ver las posibilidades que tendría su hija de estudiar y hacer sus papeles, y cuando regresó, supongo que habló con mi papá y ambos decidieron viajar con mi hermana para estos lados, el tema éramos nosotras 3, las tres menores, ¿qué hacer con nosotras? cómo eran épocas de las vacaciones de verano, nos dijeron si nos gustaría quedarnos con mi abuela allá en sus tierras, y para nosotras fue la idea más brillante porque irnos de vacaciones a la casa de la abuela, iba a ser lo máximo, sin nadie que nos controlara, tener todo el campo para correr, bañarnos en el río, colgarnos de los perales, correr por las viñas.. wow.. era algo con lo que alucinábamos aún antes de ir para allá; así que bueno, dijimos que siiiii.. iba a quedar la familia separada "por un tiempo" pero bueno eso para nosotras era lo de menos. Y así fue.
El día en que dejábamos nuestra casa para ir a la casa de mi abuela, íbamos a viajar con mi papá.. mi mamá había tenido que viajar antes porque mi abuelo (su papá) se encontraba enfermo y como mi abuela paterna y mis abuelos maternos eran vecinos, igual nos íbamos a encontrar con mi mamá para despedirnos. Antes de dejar la casa, nos despedimos de mi hermana mayor a quien no íbamos a ver por ese verano; alistamos nuestras cosas y salimos. Cuando llegamos a la terminal nos avisaron que ese día no íbamos a poder viajar, se cancelaba el viaje por desperfectos y no sé que cosa. Así que retornamos a casa.. - ¿no sé si alguna vez pensaron que si algo sucede a veces es porque no deben ir a un lugar o no hacer tal cosa, no sé si les pasó.. pero creo que a veces suele ser como una señal no? no sé - y digo esto porque creo que eso pasaba, luego de tres días consecutivos de intentos de viajar, yendo a la terminal y regresando, porque la misma historia fue en esos tres días pero persistentes en lo propuesto igual íbamos a la terminal, hasta que finalmente viajamos pero..... en medio camino tuvimos problemas se había pinchado un neumático, o dos no sé.. el hecho es que tuvimos que estar horas y horas esperando que arreglen eso, creo que fueron dos neumáticos los que pincharon porque el arreglarlo les llevó media tarde; nosotros necesitábamos llegar temprano porque nos iban a dejar en plena montaña y de ahí había que descender caminando como una hora, luego cruzar un pequeño río y llegar a la casa de la abuela.
Llegamos a dicha montaña ya un poco tarde por lo que nos apresuramos en descender, yo tenía 13 años, mis otras hermanas 10 y 7 años, no recuerdo cómo fue el bajar rápido aquellas montañas mis hermanas a pesar de ser chiquitas eran como pequeñas cabritas, pero llegamos a donde estaba el río y para nuestra mala suerte, el río estaba lleno, había llegado mucha agua, ya no eran las aguas transparentes en las que pensábamos bañarnos, sino turbias, y torrentosas; cruzando el río estaba la casa de mi abuela, de este lado la montaña y ya era tarde, así que mi papá comenzó a mirar y como hombre de campo, dijo que se podía cruzar y eso hizo, tomó nuestras cosas se las puso al hombro y cruzó el río, ponía el pie en un lugar y siempre salía río más abajo, caminaba como si el río lo estuviera llevando, hizo cruzar nuestras cosas, incluso a nuestra perrita y al gato, a quienes habíamos llevado, luego, puso en sus hombros a una de mis hermanas y cruzó con ella, lo mismo hizo con mi otra hermana, quedaba yo del otro lado del río, regresó por mí, y si bien tenía 13 años ya no era tan niña y aquellos tiempos solía ser alta y era grande para ser llevada en hombros, así que no quedaba otra que yo cruzara el río, mi papá me dio las indicaciones, que debía seguir la corriente y si sentía que las aguas me estaban llevando debía dejarme llevar y no enfrentarme a la corriente porque iría a tirarme, igual él iba a llevarme de la mano, así que nos metimos a esas aguas, yo estaba asustada, nunca había cruzado un río en esas condiciones, si se preguntan de si no había puente?.. pues el puente había sido llevado por las aguas; y que eso suceda era algo normal en aquel lugar, a medida que avanzábamos el agua subía, hasta que el agua llegó a la altura de mi cuello, el río tenía esa altura; pero eso no era lo peligroso, en aguas mansas eso sería como estar en la pileta, pero en tierra pedregosa y con aguas turbulentas es todo muy distinto, uno no sabe ni donde pisa y la fuerza del río hace como torcer las piernas; recuerdo que mis hermanitas miraban desde la orilla como asustadas o haciendo fuerza.. y nosotros íbamos corriente abajo, en un momento sentí que la fuerza de las aguas hacía que mis pies se cruzaran y temí que fuera así porque no solo iba a caerme, sino que también iba hacer caer a mi papá, yo no sabía nadar así que si eso pasaba, iba a ser una tragedia; habré pisado piedras, ramas, espinas no sé.. pero pisé firme para no caerme; hasta que logramos salir.. y ahí cuando salí creo que recién me entró el miedo y mi papá me abrazó y me decía.. muy bien mi lilita.. ya sabe hasta cruzar un río.. y esa fue la charla mientras no metimos por los viñedos sintiendo el aroma de la tierra, las uvas, el pasto, todo; hasta que comenzamos a sentir el olorcito a leña quemada que salía de la chimenea de la cocina de mi abuela, ya era de noche y aunque cuando llegamos lo primero que hicieron fue retar a mi papá por haberme hecho cruzar el río así, nosotras estábamos contentas iba a comenzar nuestra mini-aventura allá en el campo, y eso era emocionante.
continuará

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